El periodista Ignacio Zuleta firma la nota de Clarín titulada «El botín del Presupuesto, la radiografía de Elisa Carrió y fotos mudas de la política».
En ella dice que el oficialismo incluyó un artículo de los jueces y Ganancias para negociar con la oposición. La Coalición Cívica, en guardia.
Pero además subtitula «Coparticipación a la riojana» y allí dice:
¿No bastaban esos acuerdos para que saliese el presupuesto en paz? No, porque entre la última reunión de la comisión de Carlos Heller, que habilitó el dictamen del peronismo, y su publicación el viernes pasado, el proyecto sufrió una insólita inflación. Aparecieron más de 40 artículos nuevos, nunca discutidos en la comisión, y que son otro récord de cría y engorde del texto de un presupuesto, que ahora tiene un 40% más de artículos.
En este paquete nunca conversado aparecieron otros asuntos que benefician al oficialismo, y que van a ser prenda de un debate mucho más agrio que el que pueda plantearse sobre Ganancias de los jueces. Uno de ellos se refiere a la partida que todos los años se vota con destino a la provincia de La Rioja para compensar que se olvidaron de ellos en el reparto de la ley original de coparticipación en 1968 -uno de los bloopers más misteriosos de la Argentina de la transición democrática-.
Esa asignación específica destinaba un monto fijo para los municipios de esta provincia, de los que el 50% debía ir a la capital provincial. Este año la partida casi se duplica de $ 25.000 millones a $ 47.000 millones, pero se omite el compromiso de asignar un porcentaje a La Rioja capital. Todo queda en manos de la discrecionalidad de su gobernador, el peronista Ricardo Quintela. La capital es gobernada por Inés Brizuela, del radicalismo, cuyas rentas ahora quedan en manos de su adversario local, con quien convive a los arañazos.