Los dirigentes deben dejar de lado sus egos y buscar un proyecto común para la provincia. La división favorece al oficialismo. Es la misma metodología que aplica el peronismo desde el regreso a la democracia.
El peronismo viene desde el regreso a la democracia aplicando el sistema de la división, ya sea dentro de su espacio o en la oposición. A río revuelto ganancia de pescador. Cuando la oposición dejó de lado sus egos dio pelea electoral, aunque después tiene que gobernar y para ello, debe tener un proyecto aplicable a la realidad riojana.
Hoy la oposición en La Rioja cuenta con matices que entusiasman al quintelismo gobernante: todos creen tener votos, pero ninguno figura en las encuestas. Entonces allí se vale el Gobierno con ciertos gestos para que eso se mantenga.
Ahora existe una particularidad política en el 2023: el gobierno nacional puede cambiar el signo político, es decir el kirchnerismo irse a la casa. Allí tendrá que navegar la provincia -si se da- hasta el 2027.
Guillermo Galván como Luciana de León juegan con Patricia Bullrich, mientras que Inés Brizuela y Doria como Julio Martínez dan señales a Gerardo Morales. En tanto, Felipe Álvarez está con Horacio Rodríguez Larreta y Martín Menem con Javier Milei. Todos en distintos barcos que da un mensaje negativo al votante.
Todos los nombrados con otros en la oposición ninguno pasa del 6% de intención de voto, pero unidos ya cambia porque un 60% en forma histórica no vota a los oficialismos gobernantes, especialmente en la Capital. Por este motivo, la oposición tiene que guardarse sus ninguneos y mostrar ambición de poder, fundamentalmente ganarle al peronismo histórico.
El gobernador Ricardo Quintela tiene algo clave: muchos fondos a su disposición, pero también tiene instalado un slogan ¿A dónde está la plata? Como así también el derroche de recursos públicos en otras cuestiones que hacen que la oposición continúe viva. Si no hubiera pasado eso, quizás Inés Brizuela y Doria no estaría en su despacho frente a la avanzada quintelista. Ahora se verán hasta dónde llegan los egos y los mimos quintelistas hacia la oposición. Sin unidad habrá Quintela hasta el 2027.