La Intendenta perdió el quórum propio en el Concejo Deliberante. Teresita Luna se fue con Quintela. Clara Vega hoy es defensora de Cristina Fernández. Todos llegaron bajo el paragua de Juntos por el Cambio con Macri a la cabeza
La intendenta de la Capital, Inés Brizuela y Doria, vive en carne propia el sistema de sumar por sumar a dirigentes. En un rato perdió el control del Concejo Deliberante cuando de su bando se reconvertieron en ediles quintelistas. Fue una dura lección al radicalismo de Juntos por el Cambio que deben aprender de los errores de olfato político.
Dentro de la Legislatura sucede algo parecido. Teresita Luna, ex vicegobernadora y ex senadora, un día pegó el portazo y regresó a los brazos del gobernador Ricardo Quintela. Ya sus hermanos Carlos y Gustavo tenían sus respectivos cargos. Y así logró el cometido de acceder a una banca por cuatro años que sola es imposible de alcanzar con el Movimiento Evita.
Ni hablar del caso de Clara Vega, senadora nacional. Fue quien reemplazó a Inés Brizuela y Doria y sin ponerse colorada levantó las banderas de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Hoy es una defensora de la causa K en el Senado de la Nación al desconocer sus orígenes.
Lo interesante que los nombrados y no nombrados llegaron a través de Juntos por el Cambio, el partido de Mauricio Macri. Hasta lo critican públicamente en un mundo político de memoria corta.
No es de llenar listas sino también de preparar a dirigentes para que representen y fundamentalmente, defiendan con argumentos un proyecto político. En La Rioja es patético lo que pasa con la dirigencia que cambia de familia política de un día para otro.
Por este motivo, la oposición -como se llame- no puede volver a cometer los mismos errores y hasta debería «deschavar» a quienes se van o judicializar el pedido de las bancas más allá que en la República de La Rioja no funciona ni la gravedad.
La página de Eduardo German 