La fórmula que utiliza el Gobierno de Ricardo Quintela es básica para los nuevos tiempos que se viven: todos en el Estado. Así pone contenta a las familias y a los futuros votantes para revalidar el proyecto de gobierno. Es la famosa frase «estamos en planta» o «queremos la planta».
Le ha servido al Gobierno debido que hizo crecer la masa de empleados estatales en base a ingresos de recursos nacionales históricos con una salvedad: cada día todos están más pobres. Un ejemplo es lo que ha sucedido con la brigada «Chalecos rojos» creados para la pandemia y hoy son 5.000 beneficiarios que quieren ingresar a la planta estatal.
Es muy simple hacer el análisis, hay que mirar el recibo de sueldo y se acaba la discusión. Hoy el INDEC dio a conocer que una familia tipo para no ser pobre necesitó $119.757 en agosto. Los sueldos estatales están muy por debajo de ese número en el marco de una economía totalmente estatizada (todo o casi todo pasa por la Casa de Gobierno).
Al ingresar mucha gente al Estado baja el número de desocupación que también hoy lo marcó el INDEC, ya que en La Rioja llegó al 3,6% en el segundo trimestre del año.
Al mirar esa cifra se puede decir que La Rioja es una isla en el país, pero con el dato oculto: tiene los salarios más bajos del país para su principal industria que es el Estado.
Por eso, todas las semanas se dan los paros del sector de la salud y el enojo de los docentes que no llegan a fin de mes.

Muchos estatales ven como retroceden en su calidad de vida, ya que no pueden acceder a lo mínimo más allá que tienen trabajo de planta o tienen la promesa de serlo.
Lo cierto que la fórmula del Gobierno está a la vista: todos en el Estado para que nadie se queje, pero eso sí, cada día más empobrecidos.

Si se toma al dólar con parámetros para los salarios públicos se podrán ver que son también los más bajos del mundo.