Un trabajo financiado por el Gobierno provincial titulado «La Rioja en el siglo XXI. Desafíos y oportunidades para su transformación productiva» se refiere un capítulo a la minería.
En la oportunidad, remarca que «La Rioja, que nace como una provincia minera, cuenta con diferentes minerales a lo largo de su territorio (plomo, oro, cobre, uranio, cobalto, etc.). Con controles adecuados, actores y marco institucional de promoción, La Rioja podría emular la trayectoria de desarrollo minero de la provincia de San Juan».
Sin embargo, «la producción minera prácticamente se limita en la actualidad a algunas explotaciones artesanales que emplean a menos de ocho personas. Se trata de un sector que enfrenta una fuerte resistencia social, particularmente centrada en torno a la explotación del Famatina, y que no cuenta con el adecuado andamiaje institucional para un aprovechamiento sustentable», añade.

«Si bien no es posible determinar con precisión el potencial minero de La Rioja, dado que aún resta
un trabajo de exploración y cálculos preliminares a ser realizados, los proyectos relativos al Famatina indican la posible existencia de una riqueza equivalente a entre 1,2 y 6 millones de onzas de oro. Entre los principales proyectos asociados con el oro y el cobre en la provincia aparecen los de Peña Negra, Ritzuko, el Potro, Vicuñita, Umango, Río Salado, Cerro Delta, Corona del Inca, Río Tendal, Río Bonete, Llantenes, Famatina Oeste, Punilla, Guandancol, Salamanca y Sierras de La Mina. Por otra parte, el Cerro Negro destaca por los yacimientos de plata y Catuna por los de uranio», explica.
Según el trabajo, «algunos estudios estiman que un adecuado desarrollo de la minería en La Rioja podría generar alrededor de 5.000 empleos directos e indirectos y un impacto fiscal significativo en concepto de regalías mineras».
Puntualiza que «en la actualidad existe una serie de demandas de minerales, principalmente de parte de Asia, que podrían traccionar la producción minera riojana. No obstante, la posibilidad de avanzar con esta actividad implica construir un consenso político, social y ambiental tanto a nivel provincial como nacional. Mientras tanto, podrían encararse los incentivos a la exploración sísmica a través de junior partners mineros. Explorar la explotación de la precordillera riojana, en vez del Famatina, es una opción a considerar».
«La explotación de laja, tierra arcillosa, baritina y cuarzo que actualmente se está realizando a pequeña escala podría ser potenciada. Pero para avanzar en un proceso de exploración y producción minera más ambicioso en La Rioja, resulta necesario repensar el esquema institucional, de financiamiento, de control y de actores del sector», añade.