Los salarios privados reales (corregidos por inflación) cayeron 22% en La Rioja

El ranking geográfico de los mejores salarios de la Argentina en el sector privado se modificó fuertemente en los últimos años y, además, se amplió la brecha entre los más altos y los más bajos. En 1995, según datos del Ministerio de Trabajo de la Nación, Tierra del Fuego, Santa Cruz y la Ciudad de Buenos Aires ocupaban el podio; hoy en esos lugares están Santa Cruz, Neuquén y Chubut. La diferencia entre el primer distrito y el último era de 139%, en tanto que hoy es de 183%.

Los últimos lugares en 1995 lo ocupaban San Juan, Santiago del Estero y Formosa, mientras que en el primer trimestre de este año –siempre tomando salarios brutos– esas posiciones son para Tucumán, Misiones y Santiago del Estero.

Fernando Marull, economista de FMyA, explica que desde 1998, el año en que se observó el pico de esa década, los salarios reales (corregidos por inflación) de las provincias que lideran el ranking crecieron el doble que el sueldo promedio del país: en Neuquén el alza fue de 84%; en Santa Cruz, de 79%, y en Chubut, de 74%. En La Rioja cayeron 22%, en Tucumán, 20% y en Catamarca, 10%, según el diario La Nación.

“Ganaron las regiones petroleras –dice Marull–. Vaca Muerta las salvó con los ingresos que se pagan y con la gente que se va al sur a buscar trabajo. En cambio, las regiones que menos crecen son las de siempre, las del norte, que buscan desarrollarse con turismo, con litio, con cobre”.

Un relevamiento del Centro de Estudios para la Producción del Ministerio de Economía, marcó que los mejores salarios se pagan en el sector minero, seguido por el energético. El rango, en esas actividades, va desde los $200.000 hasta algo más de $350.000 según ese informe (que tiene cifras a abril de este año).

En minería, petróleo y gas se ofrecían salarios, al momento de hacerse el estudio, de $209.167 mensuales. Le siguen los sectores de análisis de riesgos de administración y finanzas, con $166.855, y de ingeniería industrial de producción, abastecimiento y logística, con un promedio de $165.568. Luego, redes de tecnología y sistemas ($155.786); recursos humanos ($146.107); marketing y comunicación ($126.456) y desarrollo de negocios comerciales ($112.549).

Desde Politikon Chaco, el economista Alejandro Pegoraro plantea que las brechas salariales entre provincias están “directamente vinculadas” con el peso de las actividades productivas preponderantes. Donde hay fuerte concentración de actividades de alto valor agregado y de exportaciones, los salarios son mayores, como se observa en las provincias con una matriz productiva centralizada en minería e hidrocarburos. “A mayor participación de esos sectores en el empleo local, el salario promedio es más alto. Donde hay preponderancia de actividades de menor valor agregado, como las basadas en la producción primaria, los ingresos tienden a ser más bajos”, describe.

Marcelo Capello, economista del Ieral de la Fundación Mediterránea, aporta que con la recuperación económica ocurrida entre 2003 y 2011 –tras la crisis 2001/2002–, aumentaron los niveles de ocupación y los ingresos, recuperando terreno el salario privado versus el público.

Relación entre ingresos

La proporción del salario privado (formal e informal) respecto del público pasó de representar 50% en 2004, a alcanzar 82% en 2012, nivel en el que se estancó. Ahora está en torno al 83%, tras un pico de 90% en 2020. En este análisis, Chubut encabeza el listado con una proporción de 115% entre los salarios (privado respecto del público), seguida por San Luis (103%), Ciudad de Buenos Aires (100%), Tierra del Fuego (95%), San Juan (90%), La Rioja (88%) y San Juan (87%). Son los únicos distritos por sobre la media, de 83%.

Córdoba, con 52%, aparece en la última posición y Capello lo adjudica a la relativamente alta informalidad laboral y al hecho de que la Encuesta Permanente de Hogares del Indec se realiza en grandes aglomerados urbanos, además del impacto que produce que la Municipalidad de Córdoba tiene “salarios públicos relativamente más altos que administraciones similares”.

Por lo general, existe correlación entre salarios públicos y privados en todas las provincias. Por ejemplo, en la Patagonia suelen pagarse altos sueldos privados, especialmente por la influencia de los sectores de petróleo, gas y minería, y también las administraciones provinciales de la región ofrecen sueldos importantes, “porque tienen buen nivel de recursos: alto nivel de los propios y de los de la coparticipación, además de flujos significativos de ingresos por las regalías por gas y petróleo”.

A su entender, esa es la razón por la cual de las diez provincias que mejoraron su posición en el ranking de salarios privados entre 1995 y 2022, el 40% es de la Patagonia. La decena de jurisdicciones que escaló posiciones incluye a San Juan (subió 12 escalones), Formosa (7), Entre Ríos (6), Río Negro (5), La Pampa (4), Jujuy y Neuquén (ambas, 3 escalones), Salta (2), Chubut y Santa Cruz (subió una posición).

En ese lapso perdieron posiciones una docena de distritos: Santiago del Estero, Mendoza, San Luis y Santa Fe (bajaron un lugar); Misiones, Córdoba y CABA, que bajaron dos posiciones; Tierra del Fuego (3), Corrientes (4); Catamarca (8); La Rioja (9) y Tucumán (10). No tuvieron cambios Buenos Aires, el conurbano bonaerense y Chaco.

Capello advierte que en las provincias que pagan “buenos” salarios sobre la base de que reciben “alta coparticipación” desde la Nación y, a la vez, cuentan con un sector productivo no tan desarrollado, esos sueldos estatales “resultan un lastre para la competitividad privada, al competir por los recursos laborales”.

El Índice de Precios al Consumidor (regional o local) y el salario recorren caminos “enganchados”, dice Pegoraro. En las jurisdicciones del norte, donde se registra una mayor inflación, el ingreso exhibe “bajos niveles por actividades productivas menos rentables y se deprecia en mayor volumen”. En la Patagonia, en general, pasa lo contrario.

¿Qué pasa en jurisdicciones que tienen características similares, pero trayectorias de salarios diferentes? Es el caso de San Juan y Catamarca, ambas con un fuerte peso de la minería en la actividad privada. Pegoraro explica la diferencia entre las provincias por el “momento” en que se produce el “pico” de la actividad. En Catamarca, el apogeo minero ocurrió en los 90, luego decayó notablemente y recién ahora se recompone. “Pero, por el momento, muestra mejores resultados en cuanto a empleo y no tanto en salarios”, detalla. En San Juan, en cambio, el boom minero se está dando en los últimos años.

Aun con estas diferencias, el salario real de mayo de este año comparado con el ingreso del mismo mes de 2017 –hecha la corrección según los índices de precios de cada lugar– cae en todos los casos, aunque con niveles distintos. Eso marca la pauta de cómo afecta la productividad.

Las jurisdicciones con menores bajas en ese período son Neuquén, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Chubut que, a su vez, son distritos que se ubican entre los cinco con mayores salarios en moneda corriente. Por el contrario, las provincias de Chaco, Formosa y Catamarca registran unas de las caídas más fuertes y están en la mitad inferior de la tabla de salarios promedios.

“Los que más ganan pierden menos –acota Pegoraro– y los que menos ganan, pierden más [poder adquisitivo], siempre en términos generales. Es una confirmación de que la robustez de la economía provincial es la que guía, en mayor medida, el salario”.

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