Caso Villalba Guzmán: 4 años de impunidad

Hace casi 4 años en los festejos de la Chaya, Villalba Guzmán le pegó un tiro en la cara a Daniel Sbirolli porque este le había tocado el espejo de su auto con el suyo.

Al grito de “sos pícaro vos?!” gatilló una magnum 44 con una bala expansiva que ante cualquier expectativa le arrancaría la vida a su víctima. Contra todo pronóstico médico, Daniel Sbiroli sobrevivió a aquel tiro fatal.

Las lesiones de aquel disparo le cambiaron la vida para siempre y actualmente sobrevive con una discapacidad, debiendo ser sometido constantemente a intervenciones quirúrgicas, porque su vida está en constante riesgo por las esquirlas que se desparramaron por distintas partes de su cuerpo.

En octubre del año pasado una de esas esquirlas estaba muy próxima a su yugular, por lo que debieron operar de urgencia una vez más. Daniel colecciona intervenciones quirúrgicas y rehabilitaciones extensas que se robaron gran parte de su vida en estos últimos 4 años, pero, así como se aferra a sobrevivir, no desiste de la búsqueda de una justicia que parece nunca llegar.

La causa por el intento de asesinato sigue en instrucción, en diciembre de 2022 Villalba Guzmán declaró después de muchísimas maniobras dilatorias. La madre de la víctima, Patricia Botiglieri, se encontraba frente al juzgado de instrucción reclamando justicia y en diálogo con La Rioja/12 expresó con mucho dolor las emociones de aquel momento en el que vio el rostro de quien le disparó a su hijo, fue la primera vez que lo vio en todos estos años de lucha judicial.

“Demasiada información falsa circuló cuando se conoció hace años este caso. La invisibilización del agresor y la distorsión de cómo sucedieron los hechos tendían a mostrarlo como un accidente entre amigos, pero lo cierto es que no existe tal vínculo de amistad, y mucho menos fue un hecho accidental”, comentó Botiglieri.

“El episodio sucedió frente a muchos testigos, ya que esto ocurrió en la puerta del domicilio de la víctima donde se estaban reuniendo en el marco de los festejos de la chaya. El agresor asistía al mismo festejo porque era un conocido, que, portando un arma cargada que tenía escondida en su camioneta, sin permiso legal, se dispuso a dispararle a quien le rozó el auto. Nadie más que el agresor estaba armado, no estaban jugando a nada como se rumoreó, y cualquiera podría haber sido víctima, o podría volver a ser alguna víctima fatal del despliegue violento de este agresor armado que no duda en apuntar a la cara a alguien más y disparar frente a un montón de testigos”, relató la mujer.

En la actualidad, mientras Daniel se somete a cirugías para sobrevivir y se adapta a una vida con una discapacidad, Villalba Guzmán sigue libre e impune, mientras la familia Sbiroli reclama justicia en un caso repleto de evidencia que sigue en etapa de instrucción hace casi 4 años.

Por La Rioja/12 de Página/12

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