Mientras la Casa Rosada giró un récord de $66.500 millones en ATN durante diciembre para asistir a gobernadores dialoguistas, la administración de Ricardo Quintela recibió cero pesos. El aislamiento político tiene su correlato económico: la provincia figura vacía en el mapa de grandes inversiones, quema ahorros bancarios y sus sueldos promedios quedaron a años luz de la Patagonia y Cuyo.
La estrategia de confrontación total que eligió Ricardo Quintela contra Javier Milei comenzó a mostrar sus costos en la contabilidad pública. Diciembre, un mes históricamente sensible para las arcas provinciales por el pago de aguinaldos y bonos, expuso la soledad financiera de La Rioja. Según los datos de ejecución presupuestaria, la Nación abrió la billetera de forma discrecional para sus aliados y dejó al gobernador riojano fuera del reparto.
La discriminación de fondos es apenas la punta del iceberg. Un cruce de datos sobre inversiones estratégicas (RIGI), empleo privado y nivel salarial revela que la provincia quedó desacoplada de la dinámica de crecimiento que, con matices, experimentan sus vecinos del Norte y de Cuyo.

La billetera selectiva: ni un peso para la «resistencia»
El gobierno nacional rompió el chanchito en el último mes del año. Hasta el 15 de diciembre, se pagaron $66.500 millones en Aportes del Tesoro Nacional (ATN), marcando un récord absoluto de la era libertaria.
El gráfico de distribución de fondos funciona como un mapa de calor político. Mientras el gobernador peronista de Tucumán, Osvaldo Jaldo, se llevó $20.000 millones, y los mandatarios de Misiones y Chaco recibieron $12.000 millones y $11.000 millones respectivamente, La Rioja brilla por su ausencia en la lista de beneficiarios.
La exclusión resulta quirúrgica. Incluso gobernadores vecinos como Raúl Jalil (Catamarca), quien supo cultivar un perfil bajo y pragmático, tiene devengados $10.500 millones. Lo mismo ocurre con Salta ($13.000 millones) y Entre Ríos ($12.000 millones). Quintela, abanderado de la oposición dura, no figura entre las 15 jurisdicciones asistidas en 2025. El mensaje de Balcarce 50 es inequívoco: no hay plata para quien no garantiza gobernabilidad.
El vacío del RIGI: ver la fiesta desde afuera
Si la falta de ATN complica el corto plazo, el mapa del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) compromete el futuro. La Rioja aparece como un «punto ciego» para el capital privado.
Mientras la provincia reporta cero dólares en proyectos aprobados o en evaluación, su vecina San Juan lidera el ranking nacional con USD 25.029 millones en inversiones mineras, y Catamarca cierra el podio con USD 8.654 millones.
La Rioja quedó atrapada en una «cepo ideológico» y de desconfianza jurídica. Río Negro, que supo leer el cambio de época, captó USD 18.289 millones, fundamentalmente por la planta de GNL. La ausencia de proyectos riojanos no responde a la falta de recursos naturales, sino a la falta de condiciones para explotarlos. El costo de oportunidad se mide en miles de millones de dólares que fluyen a escasos kilómetros de la frontera provincial, pero no entran.

Salarios de subsistencia y empleo estatal
Sin inversiones privadas genuinas, la economía local depende del sueldo público, que actúa como un ancla de ingresos bajos. El salario promedio en La Rioja (por transferencia bancaria) se ubicó en $841.428 en octubre, situándose en la mitad inferior de la tabla nacional.
La brecha con las provincias productivas es abismal. En Neuquén, el sueldo promedio asciende a $2.659.048, el triple que en territorio riojano. Incluso San Juan ($1.004.900) y San Luis ($1.097.948) lograron perforar el techo del millón de pesos, dejando a los trabajadores riojanos con un poder de compra significativamente menor.
Esta realidad salarial se explica por la estructura del mercado laboral. La Rioja tiene apenas 70 empleados privados cada 1.000 habitantes, muy lejos del promedio nacional de 119 y a años luz de la CABA (488) o Neuquén (211).
Con un sector privado raquítico que no tracciona la demanda laboral, el Estado se mantiene como el único empleador, pero con una billetera cada vez más flaca.
Quemando las naves
¿Cómo se sostiene este esquema sin ATN y sin inversiones? Quemando ahorros. Los depósitos provinciales en La Rioja cayeron un 11,7% en términos reales durante octubre.
Aunque la caída es menor a la de provincias quebradas como Corrientes (-75%), contrasta con la solvencia de sus vecinos de Cuyo: Mendoza aumentó sus depósitos un 72,1% y San Luis un 29,3%.
El panorama para el inicio de 2026 asoma complejo. Rodeada de provincias que reciben fondos frescos, atraen dólares mineros y aumentan sus reservas, La Rioja transita un camino de aislamiento que, más temprano que tarde, obligará a revisar la estrategia de colisión política o a ajustar drásticamente las cuentas.