Llega esta altura del año y las mañas no se pierden en la provincia de La Rioja: pedir más plata a la Nación. ¿Para qué?. Ni los que piden saben explicar para qué.
Lo cierto que cada día los habitantes de la Provincia -que dio un Presidente por una década- están más pobre, y además tras el aporte nacional durante los gobiernos de Néstor y Cristina con el fin de borrar de la memoria riojana a Carlos Menem.
El Gobierno riojano solicita que se suspendan las elecciones PASO porque es gasto público. Pero lo hace en Buenos Aires, mientras que en La Rioja está muy lejos de ese concepto, ya que aquí se piensa en reformar la Constitución provincial y hasta adelantar los comicios locales, con el fin de «chayar» las calles para quedarse con el poder por otros cuatro años. Como todos lo han hecho desde el regreso de la democracia.
Al Gobierno se le cae lágrimas de cocodrilo en la Plaza de Mayo, sin embargo en La Rioja aplica el Plan Circo sin Pan que es igual que llevaron adelante los romanos, aunque muy peligroso: la pobreza.
Hoy la Provincia encabeza tristemente la tabla de los sueldos estatales más bajos en el país y si se compara con el dólar blue debe estar en el fondo en el mundo.
Se ve en el rostro del empleado público que le hicieron creer que la «planta» era su salvación y por ello también nadie se quiere jubilar. Es más, el propio Gobierno lo reconoce que es bajo el salario que le otorga una «quincenita». Le dice en la cara a sus propios votantes que seguirán entre la indigencia y la pobreza, mientras que «les tira unas chirolas» para subsistir.
El Plan Circo sin Pan se desvanece con el avance de la inflación, pero la administración de Ricardo Quintela lo mantiene para entretener a la población, por lo menos hasta el Mundial de Fútbol. Seguro que el año que viene lo profundizará debido que el 2023 es electoral.

El Gobierno no se pone colorado en el descontrol (despilfarro) de los recursos que son de todos. El viceintendente de la Capital, Guillermo Galván, aseguró que el capitán de Riachuelo gana $3 millones como sueldo y ese dinero sale de las arcas del Estado; al tiempo que el diputado nacional Felipe Álvarez le apunta al empobrecimiento del pueblo.
Fiestas por aquí y por allá, viajes para todos lados, luces y sonidos en los pueblos, artistas nacionales e internacionales para cada aniversario y una vida privilegiada para algunos no se oculta en un pueblo adormecido por el crecimiento del costo de vida.
Cada punto de inflación pone a decenas de argentinos bajo la línea de pobreza y se ve en las escuelas con niños que no comen, como lo advierten los docentes.
Hay un Gobernador que se ha transformado en el productor de espectáculos más importante del país y lo dice hasta la empresa que maneja la Copa Argentina, ya que La Rioja ha sido que más partidos ha comprado.
Lejos han quedado los estadistas en el poder y es más, las grandes obras que mejoran la calidad de vida de los ciudadanos. Se puede destinar 200 mil dólares para un artista, pero no se puede aumentar los $11 mil que recibe una escuela de Famatina para darle de comer a los alumnos.
Se pueden gastar $150 millones para un equipo de basquetbol, pero no se puede mejorar los salarios de los médicos que están de paro todas las semanas.
Es preocupante ver cómo los dineros públicos que llegan en su totalidad desde la Nación se malgastan en cosas superficiales y nadie controla, al tiempo que ahora se pide $50 mil millones extras para el 2023.
A veces uno se pregunta que quienes gobiernan parecen niños que encontraron el tesoro escondido y no saben que hacer con el dinero, mientras que un sector de la sociedad ha comprado el discurso del pobrismo que es decir «está bueno ser pobre».
La Rioja se encamina al último año del primer mandato de Quintela en el marco de un Gobierno nacional deslucido, pero que atendió como nunca a La Rioja ($14 mil millones mensuales en efectivo).
Pero todo lo que se ve para después del 2023 es que habrá que ajustarse a una nueva realidad. Varios ya se salvaron, pero a la mayoría los encontrará más pobres o más indigentes.