La “sombra” de Carlos Menem, durante 32 años, reveló los secretos del expresidente

Rafael Carlos Aguirre, 71 años, oriundo de Capital Federal donde vive aún, fue la sombra de Carlos Menem. Siempre a su lado, fue su asistente privado, custodio fiel y “hermano” como él lo define. Durante más de 32 años, desde 1988 cuando el riojano comenzó la carrera electoral que lo llevaría a la presidencia, hasta el 14 de febrero de 2021 cuando falleció, estuvo en todo momento a su lado.

“Fue un buen tipo”, remarcó en un diálogo con EL LIBERAL en el tradicional café Casablanca en Riobamba y Rivadavia, frente al Anexo de Diputados de la Nación, en diagonal al Congreso de la Nación, donde continúa trabajando como secretario, ahora del senador riojano Ricardo Guerra, quien asumió en lugar del caudillo riojano que gobernó el país durante una década, desde 1989 hasta 1999. Conoció todos sus secretos, hasta las mujeres que estuvieron con el desaparecido mandatario, “muchas famosas”, revelará más adelante en la nota.

Siempre estuvo a la par del exmandatario, como el día del casamiento del riojano con la exmiss Mundo, Cecilia Bolocco, a quien Aguirre le sacó el zapato tras un pisotón involuntario que desató la furia de la chilena. En varios momentos de la charla, su voz se ahogó en un llanto cuando recordaba a Menem. Nunca fue policía, pero trabajó con las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia para cuidar a Carlos Menem. Incluso se encargó de cuidar y ser como un niñero de Máximo Menem, el hijo menor que tuvo el ex dos veces presidente de la Argentina, cuando el matrimonio vivió en la Argentina. Su primer trabajo, contó, fue el de colaborador de José Ignacio Rucci, el secretario general de la CGT que fue asesinado a balazos (crimen que se atribuye a Montoneros).

“Yo no estuve ese día con él, así que puedo contarla”, señala sobre este violento crimen, el 25 de septiembre de 1973, que conmovió al país. Luego, trabajó otros 10 años con otro secretario icónico de la CGT, Saúl Ubaldini, hasta que en 1989 lo convocó Carlos Menem. Desde entonces, nunca se separó de él, hasta su muerte. Aguirre hoy vive en Ciudad de Buenos Aires, alquilando un departamento, donde convive con su esposa Cintia Maricel Correa, y la hija de ambos, Leila Juliana Aguirre (16) y su suegra, Norma Gladis Correa.

¿Si tuvieras que presentarte, cuál fue tu profesión? -Asistente del Dr. Carlos Menem, colaborador de Carlos Saúl Menem, desde 1988 hasta el 14 de febrero de 2021. Anteriormente fui secretario de Saúl Ubaldini, durante 10 años. Antes trabajé con José Ignacio Rucci, y el día que lo mataron yo estaba en la CGT, porque yo dormía en el cuarto piso, donde estuvieron los restos de Evita.

Estabas trabajando con Ubaldini y te llama Carlos Menem… -Yo no le podía decir que no, y lo seguí. Comencé a trabajar en la campaña.

¿Cómo lo definirías como presidente y como persona? -Como persona fue el mejor de la historia (su voz se quiebra de la emoción y le cuesta seguir hablando, llora, respira y continúa con voz ahogada).

¿Qué recuerdos tiene del tiempo que trabajaste para él? -Todo, fue el mejor de la historia para mí. Podrán decir lo que quieran de él, pero no he conocido un ser humano igual. Era mi hermano (se emociona); era mi amigo cuando yo estaba con problemas. Él nunca se enojaba conmigo, me quería tanto que yo siempre hacía lo que él decía. Siempre estaba al lado de él, era su guardaespaldas, todo, porque él me lo pedía. Siempre estuve a su lado, lo cuidé, lo atendí y lo serví porque a mí no me molestaba servirlo, en ese tiempo era la persona de su confianza y él cada viaje que hacía me mandaba antes. Cuando viajaba a cualquier parte del mundo, me mandaba una semana antes, me decía arreglame el hotel, la habitación, dejame todo preparado”.

¿Cuál fue uno de los momentos más duros que vivió junto con él? -Cuando murió su hijo Carlitos. Cuando recibió la noticia, no estaba junto a él, pero todos los días después era terrible verlo sufrir ese dolor. Él dijo que había sido un atentado, al principio decía que no y después que si, fue muy duro. Cuando Zulema vino al Congreso a hablar con él, le dijo que era un atentado. Nunca dijo quiénes eran los responsables, quizás a Zulema, pero a mí no.

Tenía fama de mujeriego y se dijo que estuvo con muchas famosas, ¿cuánto de cierto hay de eso? -Humm (con una sonrisa cómplice). Muchas veces cuando sos presidente, muchas personas se acercan a vos, pero no porque seas lindo o tengas pinta, se acercan por el poder. Fue el hombre mejor vestido de Buenos Aires, se cambiaba tres veces por día, a la mañana; al mediodía por el almuerzo y a la noche cuando tenía actividad oficial o una cena. Era un seductor, y estuvieron con él modelos, vedetes, periodistas, de todos los ámbitos. Pero no sé ningún nombre (agrega rápidamente para evitar responder quiénes fueron esas famosas que estuvieron con Carlos Menem). Todas llegaban con la alegría de estar con el más grande de la Argentina y el mejor”.

Como presidente recibió muchas críticas, sobre todo por la corrupción en su gobierno -Él no estuvo involucrado en ningún caso de corrupción. Corrupto nunca fue. No me molesta cuando hablan de él, porque son seres humanos, él no fue corrupto y nunca se quedó con el vuelto de nadie. Fue el más bueno de la historia argentina, el mejor. Te puedo decir que la capacidad de trabajo que tenía, era tremenda. Tenía un problema grave y lo solucionaba, nunca le buscaba la quinta pata al gato. Siempre era positivo, las cosas negativas las pasaba a positivas, todo lo que hacía era en bien del prójimo.

Traición

Aguirre recuerda a Carlos Menem como un hombre generoso con los demás, por eso se mostró dolido por la actitud que tuvieron muchos dirigentes a los que el riojano había apoyado. “Prefiero no contestar”, dijo en tono serio cuando se le preguntó si Néstor Kirchner había traicionado a Menem.

La vez que hicieron tiros en un acto de Menem y generó un revuelo

Entre el rico anecdotario que sacó del arcón de sus recuerdos con Menem, Rafael Carlos Aguirre, asistente y amigo, contó cuando un hombre hizo disparos en un acto de campaña por la reelección, en mayo de 1995.

El acusado, un churrero con problemas mentales, sacó un arma e hizo tres disparos al aire generando terror y estampida de la gente. Rafael Carlos Aguirre junto con la custodia, como también algunos militantes, se le tiraron encima, pero el presidente desde el palco pidió que no le hicieran daño.

“Un loco hijo de puta, tenía una 38, le tiró. Yo me tiré encima de él y lo abracé al loco ese, estaba enfermo de la cabeza. ¿Sabes lo que me dijo el Presidente cuando lo agarré a ese loco y lo hice meter preso? ‘Traiganmeló’. Le tomó el rostro con las manos y le dijo ‘Vete con Dios mijito, que Dios te proteja’. Ese era Carlos Menem”.

Extracción de muela y desmayo

Otro momento tenso que vivió Aguirre acompañando a Menem, fue durante un acto en La Calera, Córdoba, año 1998. Mientras el presidente daba un discurso, sufrió un desmayo y se desplomó.

¿La razón? Horas antes le habían extraído una muela y el médico le recomendó reposo, pero el mandatario desoyó el consejo y como consecuencia, se desmayó por la pérdida de sangre.

“Lo llevamos a una unidad coronaria en Córdoba, porque se cayó. Antes me había dicho que iba a vivir muchos años como Ramses II”. Aunque al final, la situación no pasó de un susto.

El día que el riojano invitó a bailar a Isabel II y la inesperada respuesta de la reina

Aguirre dijo que una de las anécdotas que más recuerda y que pinta la personalidad del riojano, fue la que vivió en el Palacio de Buckingham a finales de octubre de 1998, cuando rompiendo todo protocolo, durante una cena con la reina Isabel II, Carlos Menem le puso un poncho de vicuña y toda la seguridad se le vino encima.

Luego, dos días después en una cena en el mismo lugar y que marcaba el fin de la gira del riojano en Inglaterra, la invitó a bailar un tango y lo que respondió Isabel II, dejó descolocados a todos.

“Uno de los mejores momentos fue cuando él estuvo con la reina Isabel. Fue con Zulemita. En una cena cuando Carlos le estaba entregando regalos, se acercó a la reina y le puso el poncho de vicuña que él llevó de La Rioja (risas). Se le vinieron encima todos los custodios a “decirle no, no se puede tocar a la reina”.

Después en una cena, la orquesta del maestro Mariano Mores tocó un tango que a él le gustaba que era Naranjo en Flor y él se levantó otra vez y se fue hasta la reina a sacarla a bailar. Por eso te digo que era un grande, agrega. Cuando se acerca a ella, le dijo “me permite” y ella a través de un traductor, le respondió: “Ante todo soy una señora, después soy reina”, recordó ese momento Aguirre.

La reina declinó la invitación y Menem bailó con una joven, pero para Aguirre “quedó como un rey en Inglaterra, la gente lo aplaudía por lo audaz de su personalidad. Yo le decía, “doctor nos van a matar acá”, pero él me ordenó: “Usted no hable”.

Por Rafael Ledesma de la Redacción de EL LIBERAL de Santiago del Estero

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