105.2% es la inflación anual en La Rioja, mientras que el 44% de los habitantes de la capital riojana son pobres y el 7,1% son indigentes. Una ecuación que desnuda la política que llevan adelante el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner junto al gobernador Ricardo Quintela.
La Rioja es la provincia que más fondos nacionales por habitante recibe, pero tiene a los trabajadores precarizados y hasta en blanco en situación de pobreza o indigencia.
Es el caso de una trabajadora en negro de la Municipalidad de Olta que percibe $3.500 por enseñar en una escuela de su pueblo. Por este motivo y otros, un grupo de precarizados levantó una carpa en el ingreso al Palacio Municipal del departamento General Belgrano.
Pero no son los únicos casos porque redundan por toda la provincia, ya que la única iniciativa del peronismo gobernante fue sumar a la mayor cantidad de riojanos a la administración pública para que sean rehenes de sus prácticas, con el fin de mantener el poder desde el regreso de la democracia.

Esa política se da con los salarios más bajos del país en una provincia que no genera nada: depende de los fondos que envíe la Casa Rosada, a través de la coparticipación federal, los recursos extracoparticipables y el financiamiento de la obra pública, entre otros.