Si no hay nuevos canjes de deuda para postergar vencimientos en pesos más allá de 2023, el Tesoro deberá afrontar compromisos por al menos de $ 1 billón promedio entre enero y septiembre. El mes más «caliente» será en plena recta final hacia las PASO presidenciales, agosto, con obligaciones por casi $ 1,3 billones, según reportes de Analytica y AdCap.
Ese es el contexto en el que la Secretaría de Finanzas lanzó, este martes, una conversión para despejar vencimientos de noviembre y diciembre por $ 1,72 billones y cerrar 2022 con cierta holgura. Los instrumentos duales propuestos (que ajustan por inflación o tipo de cambio) sumarán más presión a la previa electoral, ya que posponen esos vencimientos para fines de junio, julio y septiembre. Estos se suman al menó de bonos a tasa fija y variable, dólar link y CER que componen la deuda en pesos.
«El 90% de los vencimientos del año son hasta agosto, con máximos de casi $ 1,28 billones en agosto», dijo Javier Casabal, estratega de renta fija de AdCap. «En promedio, vencen $ 1,07 billones por mes hasta agosto», agregó. Aproximadamente la mitad de ese monto está en poder de bancos y organismos públicos, aunque no todo es fácilmente renovable por la propia necesidad de pesos de esas entidades.
«Todo se está acumulando antes de las elecciones. Por eso es necesario encontrar algún mecanismo de coordinación entre las fuerzas políticas para rollear deuda. Si no, se vuelve a reeditar lo que sucedió en 2015 con el dólar futuro y el 2019 con el reperfilamiento, porque la administración saliente se endeuda a una tasa que, a la administración que llega, le puede parecer excesiva», continuó Casabal.
Esa incertidumbre puede impactar en la renegociación de los vencimientos de 2023. Para Portfolio Personal, el roll over «se mantiene alto, pero hay coincidencia en que se complicará cada vez más». Agregó: «Cada licitación será una prueba de fuego».
La semana pasada, al presentar el proyecto de Presupuesto 2023, en el Senado, el secretario de Finanzas, Eduardo Setti, planteó que buscarán alargar la curva de vencimientos a partir de enero. El funcionario dijo que, en octubre, las refinanciaciones de deuda bajaron a 113% del total de vencimientos (desde un ritmo cercano al 130%) y que eso marca que «la apetencia del mercado a fin de año es distinta». Por eso, continuó, el nuevo canje se concentrará en instrumentos de corto plazo. «Sobre el fin de año, va a ser difícil pensar en la curva de largo; entre enero y febrero retomaremos ese camino», adelantó.
«No tenemos un problema de deuda, sino de perfil de deuda», dijo Setti. «La deuda es sostenible, pero debemos alargar la curva para descomprimir vencimientos», agregó. En su exposición, puso números a lo que tiene por delante. Según el Presupuesto 2023, el mercado local deberá aportar financiamiento neto equivalente a 2,3% del PBI para que cierren los números.
Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso indicó que las necesidades financieras del año próximo equivalen a 20,3% del PBI, al sumar compromisos en dólares y pesos con el sector público, el privado y los organismos multilaterales. La OPC estimó un déficit primario (devengado) del 2,5% del PBI, con una carga de intereses de 1,8% adicional, lo que lleva el rojo financiero a 4,3% del Producto.
Con la emisión de pesos restringida en el acuerdo con el FMI (0,6% del PBI el año próximo), desembolsos netos al Fondo para pagar la deuda (u$s 3000 millones de rojo, según Setti) y el mercado externo todavía cerrado, la carga sobre el mercado doméstico para financiar el déficit es mayor.
En agosto, a poco de asumir Sergio Massa, el Ministerio de Economía canjeó vencimientos de ese mes y los dos siguientes por $ 2 billones y descomprimió buena parte de la histeria financiera, pero pateó los vencimientos hasta no más allá de septiembre de 2023. Para hacerlo apeló a los bonos «duales», que ajustan por inflación o por el dólar, lo que dé más. Fue un gran negocio, sobre todo, para los bancos, que se aseguraron cobertura tanto ante una disparada de precios como a una devaluación brusca.
En el canje en curso, Finanzas volvió a ofrecer bonos duales, a pesar de que las presiones cambiarias son menores. Ante las menores perspectivas de cosecha y la demora en el ingreso de fondos de organismos para fortalecer reservas, el mercado todavía descree que el Gobierno pueda sostener el tipo de cambio.